lunes, 23 de febrero de 2015

Te amaré Venezuela (modificado)

Con la paz de tus montañas, te amaré,
Con locura y equilibrio, te amaré.
Con la rabia de mis años
Como me enseñaste a ser,
Con un grito en carne viva, te amaré.

En silencio y en secreto, te amaré,
Arriesgando en lo prohibido, te amaré.
En lo falso y en lo cierto,
Con el corazón abierto,
Por ser algo no perfecto, te amaré.

Te amaré, te amaré,
Como no está permitido,
Te amaré, te amaré,
Como nunca nunca se ha sabido,

Porque así lo he decidido,
Te amaré.

Por ponerte algún ejemplo te diré
Con días calientes y noches frías,
Te amaré.
Con tu bella geografía, y tu no saber perder,
Porque soy tuya, y tú eres mía, te amaré.

Te amaré, te amaré, porque eres importante,
Te amaré, te amaré, aunque yo no esté presente,
A pesar de todo y siempre, te amaré.

En las noches de diciembre hablaré,
Sobre tus noches azules y te amaré.
Y a pesar de todo esto
Y en señal de lo que fue,
Seguirás cerca y muy dentro, te amaré.

Te amaré, te amaré, a golpe de recuerdos,
Te amaré, te amaré, hasta el último momento,
Porque me robas el aliento,

A pesar de todo siempre,
Te amaré.

jueves, 19 de febrero de 2015

Miércoles de ceniza

"Polvo eres y en polvo te convertirás"

Veo la cruz en la frente impuesta sobre mí en misa y me imagino a cada persona tomando conciencia de la muerte. Qué haría una persona consciente de que va a morir? Renunciaría a sus pequeñas disputas, se acercaría más a sus seres queridos, abrazaría sus verdaderos sueños, desecharía todo lo que le impidiese ser feliz en el aquí y el ahora? Estaría agradecido de estar vivo y poder compartir esa experiencia con todos a su alrededor? Una persona consciente de su muerte, sería una persona mejor?

La fragilidad de nuestras vidas está camuflada bajo toneladas de circunstancias y detalles que la hacen querida y amena. Es como un recurso de protección contra la realidad de que solo somos fugaces transeúntes en un mundo que ha visto los milenios pasar como segundos. Pero eventualmente esa noción nos golpea y derriba nuestras ilusiones de eternidad.

Hoy hace un año que Leopoldo López está preso, la fragilidad de su existencia es más evidente que nunca. Está en manos de gente cobarde y asesina, su libertad es un concepto abstracto que hasta hace un año era un hecho constatable. La noción de su prisión lo ha puesto en  caminos intransitados, rutinas distintas a las que estaba acostumbrado, tratos crueles, soledad, silencio y la angustia de los que se sienten impotentes para ayudarlo. Se ayuda leyendo a otros transeúntes de cárcel, etéreos compañeros de su celda que pueblan su mente con las palabras de quien finalmente pudo probar la libertad y dejar todo atrás.

Fernando del Rincón emitió por CNN una entrevista que le hizo desde la cárcel de Ramo Verde, la cual terminó abruptamente como suelen terminar ciertas películas de terror y los libros a los que se les arranca con furia las últimas páginas. Solo me quedo pensando que mientras Nicolás Maduro se siente angustiado desde el poder vomitando insultos contra su reo personal, Leopoldo va formando la dura costra que lo protege contra la calumnia. Cosas de personalidad y formación.

En una novela leí sobre la suerte del guerrero, cuyo único privilegio es elegir su muerte. En muchos sentidos eso implica elegir un estilo de vida cuyo desenlace natural sea la muerte que eligió. Los valientes hacen estas elecciones conscientemente, sabiendo que si bien la vida tiene fin, es valiosa desde el principio, vale la pena protegerla, orientarla, desarrollarla, nutrirla por el bien propio y el ajeno. Es la motivación de Leopoldo y es la mía, porque puede que no seas eterno, pero puedes trascender tu mortalidad. Él desde la cárcel de Ramo Verde, yo por los estrechos corredores de las calles de la dictadura. Nos veremos en libertad.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Como el espinito que en la sabana florea...

Mañana es el día. Me levantaré temprano y compraré en el mercado unas flores. Luego miraré al Avila de nuestros amores, nuestra imponente señora del Avila, la de todos. Luego bajaré lentamente la calle a la luz del recuerdo y con el sol aún despertando la ciudad llegaré a tu esquina y contemplaré el lugar con los ojos de un ayer que se me grabó como fuego ardiente en la memoria.

Luego me iré a Chacaito a poner otras flores en su lugar. Él todavía está con nosotros pero tú... Tu puedes estar donde quieras. Porque tu amor fue un estallido de conciencia y emancipación, porque la moneda que se nos da a todos al vivir la invertiste sin reservas en nuestros sueños comunes, sin saber lo que nos deparaba la noche.

Tú eres el espinito que florea, tú eres aquel a quien el viento mece y nos regala su aroma. A quien le dieron de beber la muerte en la copa de la vida. A ti, a quien arrancaron sin compasión de nuestro suelo pero no sin antes clavarte para siempre en las manos de tus verdugos quienes no pueden con tus espinas, con lo que no pueden negar.
Sueño con la mañana, porque ya conozco la noche y aunque venga la oscuridad, ya no le temo. Me acerco a la luz, las sombras no nos tocan. No hay mano, autoridad ni leyes que puedan con tu nombre ni con tu leyenda. Aquí mientras tanto seguiremos lúcidos y activos, trepidantes y tenaces porque nadie va a venir a confundirnos, a querer vendernos las piedras por pan ni los males por bendiciones. Aquí seguimos como terremotos latentes en la profundidad de la tierra mientras ellos colapsan.

A tu memoria joven, a ti que caíste y sigues cayendo mientras no haya justicia, a ti que vives y mueres cada día por las calles de mi ciudad, las calles que hoy escuchan nuestros lamentos mañana escucharán nuestros cantos de victoria. Pero yo quizás no. Quizás haré un poco de silencio y rezaré una plegaria por la paz de tu alma.